Que no te engañen, tú también lo
mereces. Está bien que te quieran, que te besen... pero eso no lo es
todo, ni siquiera es suficiente. Si tú lo das todo, ¿por qué no
iban a darlo todo por ti?. Es tan sencillo como que hay una persona,
una única persona, que tiene todo el poder sobre tí y tu felicidad
en sus manos, y las dos os movereis dependiendo de los movimientos
que entre esos dedos se vayan organizando. Tal vez es muy exigente,
tal vez somos soñadores, tal vez pedimos algo que no existe... pero
el caso es que sabemos que sí que existe , y es exactamente lo que
queremos, queremos a esa persona hecha para facilitarnos los días,
para alegrarnos los momentos, para levantarnos los pies del suelo. La
realidad es la que es, la conocemos y la vamos a seguir conociendo,
no necesitamos alguien que nos mantenga en ella y nos acompañe en el
camino, necesitamos alguien que nos haga soñar.