domingo, 8 de febrero de 2015

Si tu supieras... pero es que hay mucho que saber.

Sé lo que dices... y entiendo que te moleste que no haga caso de tus palabras... pero si supieras lo que yo sé, no te enfadarías conmigo por andar perdidamente enamorada de su persona. Y es que resulta que yo le he visto ser mucho más allá de lo que suele por miedo a lo que podría sentir si lo fuera. También le he visto querer como nadie se imagina que sabe. Y, no contento con mostrarme tanto de él, hasta me ha descubierto una parte de mi que yo no lograba reconocer. Y eso que no sabes hasta qué punto llega a sacarme de mis casillas!! Curiosamente, eso es lo mejor de todo, porque después del huracán, llego y ahí está… me dispongo a decírselo. ¡Ya está bien!. Y entonces me sorprendo aguantando la sonrisa… y entonces le sorprendo aguantando la suya también.  Así que, de nuevo, no consigo arrancarle la piel. Me mira con esa cara de "sé que ahora mismo debía odiarte, pero no sé por qué, no recuerdo cómo se hace", y yo... claro, sonrío como una boba. Pero no se acaba ahí la historia, porque entonces es cuando empieza a hablar... "lo siento. Luego lo pensé y me dije: si es que eres tonto! pero ¿y qué vas a hacer tú sin ella?", y ya está... todo dicho. Puede parecer absurdo... pero es que no sabes cómo suenan sus "te quiero". Tampoco sabes lo bien que sientan sus abrazos, ni el don que tiene para la risa... Sólo una discusión con él empieza con gritos hasta quedarte afónica, y sin darte cuenta, te estás riendo a carcajadas. -Madre mía, jamás he gritado de esta manera, mas que con él... ¡qué cruz la mía! aunque tampoco reir me ha sabido nunca antes tan bien-
En resumen, que ai si tú supieras... y eso que sé que tienes razón. Pero, como te he dicho, si tu supieras... hasta tú le darías tu corazón, aunque no lo quisiera. 
Así que nada, la historia es que un día simplemente me enamoré... y desde entonces... aqui estoy, irremediablemente enamorada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario