Y ¿ qué has de saber
tú del dolor?
de este dolor tan
inmenso…
¿Cómo sabes de lo que
hablo?
¿Cómo entiendes lo
que pasó?
Si no has dormido en
su regazo,
si no has reido hasta
llorar,
si no has corrido a
sus abrazos,
si no gritaste de
noche… ¡papá!.
...
¿Qué es para ti el
firmamento?
¿Qué entiendes por “jugar”?
¿Has volado a
contraviento?
¿Qué sientes frente
al mar?
Y es que ¿cómo has de
saber tú nada?,
¿cómo has de poderlo
imaginar?
...
¿Le gritaste?, ¿le
heriste?,
¿le hiciste sentir,
de lo malo, lo peor?
Dime sólo qué te dijo
y qué dijiste,
¿fue un castigo… o
puro amor?
Si te cuento lo que
siento
¿qué crees que podrás
entender?
Nada… absolutamente
nada…
Porque eso es solo
nuestro,
porque eso es solo
él.
...
¿Sabes que me llevó a
la luna?
¿Sabes? le debo cada
sonrisa de mi ayer.
Empezó meciendo mi
cuna
y acabó meciendo mi
ser.
Si supieras cómo
sonaba su risa…
Si supieras cómo
brillaba su luz…
Si le supieras a él…
y a sus sonrisas…
Si supieras, si
supieras…
¿Pero qué sabrás tú?
¡Sshh! presta
atención, ¿qué oyes?
¿es el eco de su voz?
¿Memorizaste el tono
de sus “te quiero”?...
…¿cuando los dice y
cuando no?
Yo le conozco alegre,
tranquilo y fiero,
porque yo conozco de
su “todo”, lo mejor,
sé cómo suenan sus
pasos y sus “peros”,
y sé que no sabe, ni
quiere, de rencor.
...
Que sé lo que dice
aunque ni él se entiende,
que me conozco el
ritmo de sus pasos a la perfección,
que soy yo quien le
irrita y le defiende,
que fui yo quien
sostuvo su mano y dijo adiós.
Que su alegría es mi
mayor riqueza,
y hacerle sufrir mi
condición,
y que aunque fui
flaqueza tras flaqueza,
siempre vio en mi su
bendición.
...
Y de verme con sus
ojos en lugar de con los tuyos
tal vez entendieras
tanto amor y devoción,
y de verle con mis
ojos en lugar de con los suyos,
sentirías este
orgullo que retumba en mi interior.
Yo te cuento cuanto
quieras,
y podrás entenderlo…
o no.
...
Entonces…¿lo cuento?
yo te cuento;
pero pido comprensión
pues para entender mi argumento,
no necesitas cabeza, sino corazón.
...
Las manos sobre el
papel
Y no escribo…
Las palabras sobre la
piel
Y aquí sigo…
Queriendo y no
pudiendo creer
Que aun vivo…
Callando lo que
debéis saber
Y no digo.
...
Mas buscando sentir otra vez
el latido,
que marchó para no
volver,
malherido,
de mi corazón por su
vejez
abatido,
dejaré a mi alma
llover
sin abrigo.
...
Desesperada, intento
correr,
y solo camino,
y a cada paso vuelvo
a tener
un nuevo destino,
sin alejarme de este
anochecer
asesino
que se llevó mi
amanecer
y ya nunca vino.
...
Suplicando volver a
ver
a quien todos es
sabido,
amarrándome al ayer,
yo no acepto el sin
“contigo”.
...
Pero aquel dia se
fue...
fui testigo,
y el recuerdo es para
mi
solo un castigo.
Pues la niña perdió a
su padre
pero yo perdí a mi
amigo.
...
Perdón, no me
presenté:
soy quien no debería
haber sido.