Empieza la mañana.. los primeros rayos de sol luchan unos con otros por entrar en la habitacion y rozar su rostro, y le acarician con tanta dulzura que no hay imagen mas perfecta que los labios de la mañana embelleciendo sus ojos.. completamente sumidos en un sueño que anteayer pareció eterno y hoy lucha por conseguir unos últimos segundos junto a él. Es entonces cuando el sol siente orgullo de poder besar un dia más esa mirada, aquella que años atrás brillaba sin necesidad alguna de su luz.
Cuando por fin despierta todo a su alrededor parece extraño, todo aquello que lo acompañó la noche anterior sigue igual y sin embargo no reconoce nada... nada, excepto un extraño objeto tirado en el suelo detrás del baúl, un juguete... un mono de peluche que un dia tuvo nombre, un nombre puesto por una niña pequeña, una niña que no está... Es entonces cuando la busca, pero tanto tiempo soñando sus ojos se olvidaron de ver. Por más que la busca durante horas y horas no aparece, solo hay gente... gente... y gente... personas sin nombre ni cara, que vienen y van sin detenerse, y se siente solo. Aunque la encontrara daría igual porque ya no sería ninguna niña, habia pasado demasiado tiempo y el tiempo pasa para todos.
Perdido,se sienta en un banco cualquiera del parque a esperar venir la noche, y al caer los primeros rayos de sol agotados ya, iluminan una vez más, una última vez más su rostro... allí está ella,en medio del parque mirándolo con esa carita de inocencia y ese aspecto de niña que le hace comprender que el tiempo en ella no pasa, que ella siempre será una niña, y una niña siempre necesita a su padre...
Cae la noche... y los arropa con ese aire añejo que huele a risas del pasado. Ahora es la luna quien besa su frente, y aunque su luz no ilumina de igual manera, de nuevo basta para esos ojos, siempre esos ojos..., que tantas veces corrieron a su encuentro. Con un último abrazo los cierra para, por primera vez, junto a su niña y en casa al fin, soñar eternamente.
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